EL ÚLTIMO LAPÓN

SINOPSIS:

Kautokeino, Laponia Central, 10 de enero. Último día de la noche polar. El sol, desaparecido cuarenta días atrás, volverá a brillar. Pero de pronto, el pueblo se ve conmocionado por la desaparición de un tambor sami, un misterioso objeto que permitía a los chamanes comunicarse con los muertos, y que había sido recientemente recuperado por un explorador francés. Entre los sospechosos del robo están los componentes de un grupo de extrema derecha que disputa a los sami sus tierras y fundamentalistas que se oponen al revival de la antigua religión. Al mismo tiempo, aparece el cadáver mutilado de un ganadero sami en medio de la tundra que no hace sino complicar el caso. Laponia, ese lugar aparentemente tranquilo, se revelará como una tierra de conflictos, misterios y odios ancestrales. Klemet Nango y Nina Nansen, miembros del cuerpo de la policía especial de los renos, entran a liderar la investigación. 

Klemet va a jubilarse pronto, mientras que Nina es una rubia de la costa sur de Noruega con poco interés por la naturaleza hóstil de Laponia. Nadie en Kautokeino parece querer ayudarlos, así que la investigación va a ser larga, en condiciones durísimas, y les revelará hechos mucho más sombríos de lo que podían imaginar, enfrentándolos con un verdadero demonio contamporáneo.

RESEÑA:

Estoy segura de que "El último lapón" es una de esas novelas que pasado un tiempo después de haberla leído permanece en la memoria del lector, y eso en esta era de consumo voraz, casi compulsivo,de historias fáciles de olvidar, es un logro significativo.

La novela de Oliver Truc no es una novela negra al uso, ni una policíaca clásica. No sé muy bien como definirla. quizás intriga antropológica sería una definición más o menos ajustada, porque lo cierto es que el crimen (el robo de un tambor sami y el posterior asesinato de un pastor de renos) y la investigación policial para esclarecer los hechos se me antojan como buenas excusas para atraer la atención hacia el fascinante y desconocido mundo de los lapones. Hay nieve, mucha nieve y un policía triste, pero estamos ante otro tipo de novela muy distinta de las que habitualmente nos llegan de Escandinavia, probablemente porque el autor, aunque afincado en Estocolmo, es francés y eso de algún modo, se nota.

De entrada, Oliver Truc, se muestra como un escritor hábil, de prosa fluida y ducho en la descripción de paisajes, el manejo de los datos históricos y el trazo árido y tierno a la vez con el que dibuja a la comunidad sami y las duras condiciones de vida en Laponia. Una vez aceptada la premisa de que no estaba leyendo una novela negra estándar, me sentí más a gusto en la historia y disfruté de ella. Tal vez al principio la acción viene marcada por un ritmo algo indolente, pero poco a poco Truc va tejiendo una red de venganzas, odios latentes y amores ocultos que atrapa suavemente al lector hasta conducirlo a un parte final contundente y adictiva sin que su prosa elegante pierda un ápice de encanto.

"El último lapón" muestra de manera veraz, bien documentada y sin almíbar una realidad desconocida del paraíso escandinavo en la que no salen bien parados ni suecos ni noruegos ni sus vecinos fineses. Historias de sometimiento, racismo y supervivencia en condiciones extremas forman el tejido de esta estupenda novela. Mención especial para  la curiosa pareja de la policía de los renos que forman Klemet y Nina y el magnífico retrato de los pastores Aslak, el asesinado Mattis y la atormentada Beritt entre otros.